Etimológicamente “paradoja”, paradoxa, significa “contrario a la opinión (doxa)”, esto es, “contrario a la opinión recibida y común”. Cicerón (De fin., IV, 74) escribe: Haec paradoxa illi, admirabilia dicamus, “lo que los ellos (los griegos) llaman paradoxa, lo llamamos nosotros cosas que maravillan”. La paradoja maravilla porque propone algo que parece asombroso que pueda ser tal como se dice que es.
Diccionario de la Filosofía, José Ferrater Mora, Alianza, 1984
De los muchos tipos de paradojas que existen, en esta charla damos algunos ejemplos de los que aparecen en la vida cotidiana (paradojas semánticas, de la confirmación, de la vaguedad), en el mundo de la ciencia (paradojas lógicas, matemáticas, físicas) y en el ámbito del arte (paradojas visuales, epigramáticas, anamorfosis, ilusiones ópticas).
[...] Es tonto por su parte, pues sólo hay en el mundo una cosa peor que el que hablen de uno, y es que no hablen […]
El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde, 1890
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